Falta de regulación y corrupción: las raíces del ambulantaje en el primer cuadro de Puebla

El aumento del comercio informal en el Centro Histórico de Puebla ha encendido las alarmas entre comerciantes formales y especialistas, quienes atribuyen esta problemática a la falta de acciones contundentes por parte de las autoridades municipales. Según el economista Anselmo Chávez Capó y el presidente del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, José Juan Ayala Vázquez, factores como la ausencia de reglas claras, la insuficiencia de inspectores viales y posibles actos de corrupción han impedido frenar esta actividad que afecta a cerca de 10 mil negocios establecidos en la zona.
Para Chávez Capó, el fenómeno del ambulantaje es un reflejo de las deficiencias del sistema económico nacional. La falta de empleo formal ha llevado a muchas personas a optar por el comercio informal como una solución de supervivencia. Este problema, lejos de ser reciente, ha sido mal gestionado por administraciones municipales anteriores, lo que ha permitido su proliferación.
Ayala Vázquez, por su parte, considera que las estrategias previas no han sido suficientes para controlar el problema. Señala como ejemplo la gestión de Eduardo Rivera Pérez, que intentó ofrecer empleos formales a los ambulantes mediante un padrón, pero fracasó debido a los bajos salarios propuestos. Asimismo, durante la administración de Claudia Rivera Vivanco, en lugar de regular, se permitió la expansión del ambulantaje en distintos puntos de la ciudad.
Ante el rompimiento del acuerdo entre los ambulantes y la actual administración de José Chedraui Budib, que buscaba limitar su presencia en esta temporada decembrina, Ayala Vázquez insta a tomar medidas urgentes. Estas incluyen reforzar el equipo de inspectores municipales y habilitar espacios como mercados rodantes, donde los ambulantes puedan vender bajo normativas claras y encaminándose a la formalidad.
De no actuar con prontitud, advierten los especialistas, la problemática podría agravarse en los próximos años, afectando no solo al comercio formal, sino también a la calidad de vida en la capital poblana.